Por: Pedro López González, Director del Servicio de Prevención Propio de ASPY

13-9-2017 RRHHDigital

En estos próximos meses las empresas deberán haber definido su plan de prevención de riesgos laborales para el año 2018 y por tanto, se enfrentarán a la difícil valoración de las inversiones que llevarán a cabo.

Estos últimos años han estado marcados por una desfavorable situación económica que, está exigiendo a las empresas esfuerzos adicionales para ser más competitivos y, en definitiva más rentables. Cada vez más, las inversiones realizadas requieren de una clara justificación, la cual debe incluir necesariamente una valoración tanto de su eficacia como de su retorno. Ello sucede en todas las áreas de gestión de las empresas y obviamente, este criterio se debe aplicar en el ámbito de la prevención de riesgos laborales.

La entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales tenía como objetivo prioritario disminuir la siniestralidad laboral en las empresas y por tanto, aportar numerosas ventajas en términos de mejora de las tasas de Absentismo laboral, que conlleva a su vez la mejora de la productividad y competitividad de las empresas. En general, las inversiones se asociaban más al mero cumplimiento legal, sin una valoración adicional de su retorno o de su eficacia. No obstante, como en otros ámbitos empresariales es necesario determinar la rentabilidad de la prevención de riesgos laborales en términos económicos poniendo en relación la inversión preventiva y el coste derivado de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, o mejor dicho relacionado con los costes asociados al Absentismo laboral.

Es evidente que existe un coste relacionado con la no prevención, mayor o menor según el riesgo de la actividad empresarial, y que toda inversión enfocada a la prevención reduce este coste. Aun así, a día de hoy, no deja de sorprender que determinados estudios indiquen que un elevado porcentaje de las empresas no perciben que haya mejorado o pueda mejorar ningún área de gestión de la empresa gracias a la inversión que han realizado en prevención. En general, se puede concluir el retorno de la inversión de la prevención se debería justificar por los posibles costes relacionados con la no prevención, atribuidos a la falta de seguridad y salud laboral. Y la misma afirmación a la inversa: que estos costes, seguro que no los reduciremos si no hacemos algo al respecto.

Diversos estudios ponen de manifiesto, por ejemplo, que el promedio del retorno de la inversión (ROI) es de 2,54 euros por cada euro gastado en programas de bienestar de las empresas. La misma red europea de promoción de la salud en el trabajo (ENWHP) ha concluido que cada euro invertido en programas de promoción de la salud en el trabajo genera un retorno de la inversión de entre 2,5 y 4,8 euros en absentismo y entre 2,3 y 5,9 euros en costes de enfermedad.

No obstante, es importante destacar que estos estudios publicados deben tomarse como orientativos dado que depende de las inversiones concretas realizadas y las características y la tipología de las empresas (CNAE, tamaño, requisitos legales asociados, etc.). Por ello, cada empresa debería conocer, en primer lugar, el coste asociado a su absentismo laboral y a partir de aquí valorar en qué medida una adecuada inversión preventiva contribuye a reducir este coste. Si en una determinada empresa, el 25% de los costes de su Absentismo está relacionado con los sobreesfuerzos (manipulación de cargas, las malas posturas, movimientos repetitivos, etc.), es lógico que parte de las inversiones se focalicen en reducir este problema.

Así mismo, para las empresas puede ser interesante conocer que inversiones preventivas han contribuido más y mejor en la reducción de los costes asociados al Absentismo Laboral. Por todo lo comentado, solo pueden darse algunas orientaciones generales respecto las inversiones que se pueden llevar a cabo, en general, en las empresas.

  • Establecer programas de promoción de la salud, que orienten a las empresas hacia una organización saludable: este tipo de programas pueden reducir sensiblemente los costes asociados con las bajas laborales relacionadas con el estrés laboral y con los trastornos musculoesqueléticos (sobreesfuerzos, etc.), principales causas de las bajas laborales en las empresas.

Si los trabajadores desarrollan su actividad en una oficina podrían sufrir enfermedades de tipo cardiovascular motivadas por el sedentarismo, la mala alimentación o hábitos no saludables (fumar), por lo que también podría sería oportuno valorar determinadas acciones preventivas y/o la incorporación de desfibriladores, creando así “espacios cardioprotegidos”. Las campañas de promoción de la salud, como por ejemplo de vacunación contra la gripe estacional, son otro de los ejemplos encaminadas a la reducción de los costes asociados al absentismo.

  • Planes de movilidad, incluidos los planes de seguridad vial: En todas las empresas incluidas las PYMES aparece un elevado absentismo relacionado con los accidentes de tráfico y general con la movilidad de los trabajadores. Por ello, cada vez es más necesario enfocar los esfuerzos a la reducción de estos costes e integrar las acciones a llevar a cabo en los planes preventivos.
  • Formación práctica preventiva (formación práctica en extinción de incendios, trabajos en altura, trabajos en espacios confinados, etc.): No solo en determinadas actividades industriales es necesario realizar formación práctica. La formación práctica en extinción de incendios puede ser una buena práctica preventiva a llevar a cabo para los trabajadores de oficinas aportando un valor añadido en términos de eficacia.
  • Selección y adquisición de equipos de protección individual: las inversiones realizadas en equipos de protección individual se pueden “recuperar” según el RD 231/2017, por el que se regula la solicitud de los incentivos de prevención (conocido como Bonus). Para ello las empresas deberán cumplir con una serie de requisitos tales como cumplir con las obligaciones básicas en prevención y no superar los límites de siniestralidad establecidos.
  • Acciones asociadas para adecuar el Sistema de Gestión de la empresa de acuerdo con la norma OHSAS 18.000 (futura ISO 45.000): en el momento que se publique la futura ISO 45.000, determinadas empresas realizaran acciones para adecuarse de acuerdo con la citada norma.
  • Programas para la mejora del orden y la limpieza en los puestos de trabajo: La falta de orden y limpieza aparece como una de las causas en la mayoría de los accidentes/incidentes que suceden en el ámbito laboral, además de asociarse con la falta de productividad y rentabilidad. Observar determinados archivos, almacenes o incluso estanterías y armarios en algunas oficinas nos puede dar una idea aproximada.