Entre el 30% y 50% de las bajas laborales están relacionadas con problemas de estrés laboral, según la OMS.

03 de octubre de 2017. 11:36h

El absentismo se volvió a agudizar durante el pasado 2016, creciendo por encima de la economía y el empleo, situando la tasa ya en el 4,88%. El coste total por absentismo por incapacidad temporal ha aumentado un 10,91% en el último año y ha supuesto casi 68.500 millones de euros a nuestra sociedad (en términos de gasto en prestaciones de la Seguridad Social, costes directos de las empresas y coste de oportunidad de la producción de bienes y servicios que se han dejado de producir), según recoge el VI informe de Adecco sobre absentismo laboral. «No sólo supone una pérdida económica para la empresa, sino que puede ser uno de los principales motivos del deterioro de la competitividad, productividad y organización de la compañía», apunta Fernando Bazán, socio laboral de Deloitte Legal.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que entre el 30% y el 50% de todas las bajas laborales están relacionadas con problemas de estrés derivados en ocasiones de un mal ambiente de trabajo o de desmotivación, un porcentaje que se podría reducir con mejores políticas de prevención. «El absentismo cuando se revela muy alto es muy descontrolado y los efectos son devastadores. Es difícil reorganizar la producción, cumplir con los plazos de entrega, etc.», explica Bazán. El problema radica, según este experto, en esa baja por incapacidad temporal, que aún siendo legal no está prevista. «Por ejemplo, ese lunes o viernes que no se va a trabajar o las ausencias constantes e intermitentes. Es un absentismo de falta de compromiso y de ausencia de respeto al trabajo, que se ha agudizado con la recuperación económica».

Desmotivación

Estimaciones de Factorial apuntan que una empresa de aproximadamente 50 empleados, alrededor de 10 están desmotivados. Teniendo en cuenta que su sueldo medio es de 1.600 euros brutos, se podría traducir en una pérdida para la empresa de 5.440 euros mensuales, 65.000 al año. El informe de Adecco desvela que los únicos causantes de las bajas por incapacidad temporal no justificadas que presentan algo de relevancia, con una frecuencia entre media y alta, siguen siendo aquellas relacionados con el ámbito laboral del trabajador, así como con la organización del calendario y horario laboral. Otros factores como el llamado «efecto lunes» y el «efecto puente», mal ambiente en el trabajo o «mobbing», entre otros, presentan una incidencia mínima y mayoritariamente no tienen incidencia alguna. «En muchas de las bajas por contingencias comunes hay componentes relacionados con la motivación del empleado que se podrían subsanar», explica Javier Blasco, director jurídico de Adecco. «Los malos estilos de liderazgo o la falta de flexibilidad inciden con frecuencia en este proceso y hay que resolverlo. Las medidas de motivación son el gran reto de las empresas», arguye Blasco. Apunta también al momento de la negociación colectiva como lugar donde incidir en las políticas de flexibilidad. «Por lo general, los salarios ocupan el primer punto del día en las negociaciones entre empresa y sindicatos, mientras que la flexibilidad son de los últimos aspectos que se trata. Un dato sobre el que habría que insistir más, pero dejarlo de lado es el pecado común de los negociadores», concluye este experto.

La tasa de absentismo es mayor en las mujeres que en los hombres, justificado por la mayor asunción de las responsabilidades familiares en la sociedad actual por parte de éstas. En este sentido, los expertos señalan que sería adecuado promover medidas de conciliación para los trabajadores en general (independientemente del género) que consigan la equiparación real de todos en el mercado laboral. El absentismo por problemas de conciliación y salud son más habituales en la gran empresa que en la pequeña. Y tan sólo el 3% dispone de paquetes de horas anuales o sistemas de flexibilidad horaria que facilitan la conciliación de la vida laboral y personal, una cifra escasa.

Prehistoria

«Nos encontramos en la prehistoria para atajar este problema. Las empresas están más preocupadas en controlar al que está de baja que en adoptar políticas de prevención para evitarlo. La expresión “tómate la baja” es cotidiana», lamenta Bazán. Defiende la necesidad de desarrollar políticas proactivas para evitar las bajas por incapacidad temporal como disponer de entornos de trabajo saludables, fomentar el deporte, campañas de vacunación, cuidar la ergonomía, etc. «El absentismo se produce mucho por la falta de flexibilidad en las empresas. Con mejores políticas de conciliación e incentivos para acudir a trabajar los empleados harían menos trampas», concluye Bazán.

El jefe es una pieza clave en la mejora del compromiso eficaz e innovador de los trabajadores y en la reducción del absentismo. Así lo recoge el Barómetro Europeo del Absentismo y Compromiso de los Trabajadores de Ayming 2017 que identifica una serie de factores que elevan el bienestar de los empleados. Entre ellos, favorecer la participación de los trabajadores (el 94% de las empresas que lo puso en práctica han experimentado un aumento en su nivel de compromiso); establecer una comunicación bidireccional de mayor transparencia, basada en la colaboración y donde cada idea o aportación es respetada y valorada (en el 83% de las empresas que lo hicieron aumentó el compromiso); dar a los trabajadores la oportunidad de tomar decisiones dentro de su trabajo y poder desarrollar sus propias iniciativas dentro de la compañía (el 97% de las que lo hicieron aumentaron su nivel de compromiso); mantener coherencia interna y externa entre lo que se dice y se hace por parte de la dirección (el 90% de las empresas que lo hizo aumentó su nivel de compromiso) y favorecer y respetar la autonomía de los «managers»: el 38% de las empresas que han adoptado esta política ha experimentado un incremento de la implicación de los empleados.

Repunte de los accidentes laborales

Los accidentes laborales con baja han descendido un 57% desde la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en 1995, sin embargo desde 2013 y coincidiendo con la recuperación económica se ha producido un repunte, según datos del I Estudio de Siniestralidad Laboral de Asprecat. El aumento ha sido mayor en los contratos temporales, con un incremento del índice de incidencia del 24% en el periodo 2013-2015 y del 3,58% en los contratos indefinidos. «Crecimiento ecónomico, temporalidad y siniestralidad parecen ir de la mano. Es difícil prever el futuro y tres años son aún pocos para confirmar tendencia, pero sí podemos decir que la temporalidad presenta dificultades para poder formar al trabajador sobre los riesgos asociados al puesto de trabajo», apunta Eva Triadú, presidenta de Asprecat. El descenso de los accidentes a largo plazo tiene su origen en el incremento de la cultura preventiva tanto de empresario como empleado y administración, esta concienciación ha permitido dedicar más recursos a la prevención y ello ha revertido en un descenso de la accidentabilidad, subraya Triadú. También es importante destacar que casi el 50% de los accidentes mortales son debidos a causas naturales.