La OMS define la salud como un estado completo de bienestar físico, mental y social.

02 de octubre de 2017. 12:00h

«Mens sana in corpore sano». El significado que se le da a esta cita latina, que encontramos en las «Sátiras» de Juvenal, se relaciona con tener una mente sana para disfrutar de un cuerpo saludable. Una filosofía de vida que también hacen suya aquellas organizaciones que aplican las mejores prácticas para aumentar los niveles de satisfacción laboral de los empleados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud no solamente como la ausencia de enfermedades, sino como un estado de completo bienestar físico, mental y social. Por tanto, hablar de salud laboral no es hacerlo sólo de posibles afecciones de los trabajadores y prevención de riesgos laborales, sino que este concepto es más amplio y se extiende también al más amplio campo del bienestar y la satisfacción en el trabajo.

Diversos estudios señalan que invertir en acciones que mejoren la salud física y mental de los empleados redunda en el beneficio de la empresa, mientras que no hacerlo multiplica por cuatro el riesgo de perder talento. «La salud laboral tiene muchas acepciones. Puede referirse a la buena comunicación en la empresa, al diálogo, a escuchar activamente, a la transparencia, al respeto, a la diversidad de criterios y opiniones, o a la convivencia con diferentes temperamentos», sostiene Rafael Peiró, gerente de Créetelo. Hablar de salud laboral es hacerlo también de salarios dignos, conciliación, clima laboral, motivación y participación. «Los empleados tienen que desarrollar su trabajo en un ambiente adecuado, donde se sientan valorados, útiles, puesto que la salud laboral está relacionada con la salud emocional», apunta Peiró.

Bienestar psicoemocional

Cuando se habla de salud laboral, lo primero en lo que pensamos es en la ergonomía, espacios de trabajo y, en definitiva, en todo lo que rodea al bienestar físico (políticas sanitarias subvencionadas, reconocimientos médicos, fomento del deporte, etc.). Sin embargo, comprende otros dos ejes, explica Aida Casanova, responsable de Clima Laboral de Adecco: «El bienestar psicoemocional, cuidar de la parte más espiritual del individuo y el bienestar social. El individuo forma parte de un grupo, trabaja en equipo y contribuye con la sociedad».

Los beneficios de invertir en salud laboral son muchos y variados. No sólo están los económicos, también personales, de retención de talento o «engagement». «Lo importante es generar entornos de trabajo donde el empleado pueda crecer y desarrollarse, donde se le haga partícipe de los proyectos y cambios en la organización. Si una empresa sólo invierte en salud de prevención, está dejando de lado un montón de parcelas que también influyen en su bienestar, donde el empleado puede sacar su mejor versión», explica Casanova. Pero se debe tener presente que los resultados de invertir en salud laboral no son inmediatos, afirma esta experta. «Se debe apostar por ello desde la paciencia, ya que se trata de una carrera de fondo y suma cada paso que se da. Deben estar involucrados todos los departamentos con equipos multidisciplinares. En todo este proceso, el papel del «manager» es fundamental, debe ejercer un liderazgo saludable, que promocione la salud».

El papel del jefe

Un estudio reciente de Future for Work Institute muestra cómo la razón principal de abandono de la empresa de los empleados son el desarrollo profesional y el jefe. De las 609 personas que dejaron su trabajo de forma voluntaria, el 64% declara que su supervisor directo le trataba injustamente, mientras que el 66% dice que no se sentía escuchado, lo que nos habla del impacto que el comportamiento de los líderes puede tener en el desarrollo profesional de sus colaboradores.

Belén Varela, experta en organizaciones positivas, mantiene que «las empresas son cada vez más conscientes del impacto de la salud laboral en sus resultados, no solo por las campañas que lo promueven o los estudios que lo demuestran, sino porque cualquier directivo con experiencia lo puede observar en su entorno. Las empresas creen, cada vez más, en la necesidad de crear ambientes saludables y tratan de promoverlo. Ahora bien, no siempre es fácil cambiar los estilos de liderazgo. Al igual que un líder insano representa una empresa tóxica, un líder saludable contagia salud».

Para generar un buen clima laboral, Varela cree más en las acciones individuales, es decir aquéllas que se dirigen a singularizar el talento, a «conocer los recursos de cada persona, sus fortalezas y habilidades, y establecer con ella objetivos retadores y concordantes con su vida».

Entre los motivos que pueden enrarecer la salud laboral del empleado, esta especialista apunta la falta de adecuación de los recursos de la persona a las demandas de su puesto (por exceso de carga o por déficit de desafíos) y las relaciones de mala calidad. «Una sola relación difícil puede hacer añicos el bienestar de todo un departamento o un área de la organización».