Al hablar de riesgos laborales jamás se piensa en quienes pasan ocho horas diarias tras la pantalla de un ordenador.

La Opinión de Murcia 25/8/2017

Sin embargo, hay muchos síndromes y patologías asociadas al trabajo de oficina que se minimizan o ni siquiera se reconocen como enfermedad laboral

El trabajo de oficina no está libre de riesgos y de enfermedades laborales, a pesar de que en ocasiones no estén reconocidas. Es cierto que no se corre el riesgo de que se te caiga encima una rama de un árbol en caso de ser un podador o que caigas desde un andamio si eres albañil, pero el trabajo de oficina está subestimado respecto a los riesgos laborales que también se pueden sufrir frente a un ordenador.

Por ejemplo, no se le da toda la importancia que se requiere a los dolores en las cervicales debidos a posturas inadecuadas cuando una persona se sienta en una silla y pasa horas en ella. Aparte de las dolencias físicas, la vista también se puede ver gravemente perjudicada y resentida por culpa de la pantalla del ordenador.

Con frecuencia, se cree que estos problemas son enfermedades o trastornos comunes y no se reconocen su relación con la vida laboral de un oficinista. Aparte de los riesgos genéricos como choques, caídas, contusiones o descargas eléctricas al estar en permanente contacto con dispositivos electrónicos, los expertos en prevención de riesgos laborales apuntan tres tipos específicos, empezando por los ergonómicos, que se deben a posturas inadecuadas o a una mala colocación de la mesa, la silla y el ordenador.

Un segundo tipo de riesgos son los ambientales, debidos a una mala iluminación, ventilación y climatización de la oficina, y en tercer lugar se encuentran los riesgos psicosociales relacionados con el tipo de tarea, la organización en el trabajo y las relaciones con jefes, compañeros y subalternos. Desde el punto de vista físico, los riesgos laborales de la oficina derivan de un trabajo prolongado sin cambiar de postura, casi exclusivamente sedentario, que provoca daños posturales.

Marta Espinosa, fisioterapeuta y osteópata, indica que las principales consecuencias que los fisios encuentran en los pacientes que trabajan sentados delante de una pantalla son las «contracturas musculares, dolores de cabeza, problemas en las extremidades o casos de tendinitis».

«Todo esto se produce por adoptar posturas inadecuadas, repetitivas o forzadas. También influyen los malos hábitos alimenticios, ya que normalmente en la oficina se tiene poco tiempo para comer, por lo que se abusa de la comida rápida o hidratos y no hay mucho tiempo para descansar. A todo esto se le suma también la fatiga mental o sobrecarga psicológica. Las lesiones más frecuentes son contracturas en las cervicales, en la parte superior de la espalda o en los brazos», asegura la fisio murciana.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) aconseja que no se esté ante la pantalla del ordenador más del 50% del tiempo laboral, hecho que hoy en día es prácticamente imposible de evitar. Según la OIT, la otra mitad del tiempo se debería emplear para otro tipo de tareas.

A pesar de que la legislación marca con claridad cómo debe ser la silla, la mesa, el ratón, la altura del ordenador, la luz y la postura del trabajador, así como la necesidad de que se tomen pequeños descansos cada poco tiempo, no siempre se termina cumpliendo tal y como debería ser.

También están aumentando los casos de síndrome del túnel carpiano, una compresión de los nervios de la muñeca derivada del uso constante del teclado y el ratón. «Al utilizar estas herramientas del ordenador se está haciendo fuerza en la zona de la muñeca, lo que hace que poco a poco el nervio se presione y las manos se duerman». Como solución, «existen unas alfombrillas con gel de silicona para que la muñeca no esté en contacto directo con la mesa y que no se produzca una extensión de la misma», según la experta.

Espinosa aconseja que cuando se termine la jornada laboral en la oficina se haga ejercicio o cualquier otra actividad para darle movimiento a la musculatura y articulaciones, «ya que al estar sentado, los músculos están estáticos» y señala que es vital que cada 45 minutos el oficinista se levante de la silla y camine «con el fin de dar un respiro articular a la musculatura y tendones».

Por último, apunta que «al menos una vez al mes» es recomendable ir a una clínica de fisioterapia o a un fisio personal de confianza para que haga una descarga de la espalda o cuello al trabajador: «Ya no es cuestión de que se te quite el dolor que tienes contenido, es sobre todo para prevenir futuras lesiones en estas zonas. Si el cuerpo y la mente están bien, se rinde mejor que si hay estrés psicológico, ya que también influye en la musculatura del cuerpo».

El uso constante de la pantalla del ordenador genera problemas en la vista, aunque no se suele reconocer como enfermedad laboral, según denuncian los sindicatos. En cualquier caso, los especialistas consideran que la mayoría de personas que utilizan pantallas más de cuatro horas al día tienen problemas en la vista como fatiga visual, visión borrosa, doble visión, tensión ocular, escozor, dolor de cabeza y empeoramiento de los problemas oculares preexistentes. A juicio de los expertos en salud laboral, una distancia a la pantalla adecuada, una iluminación correcta y la realización de pausas cada hora y media o dos horas reducirían estos problemas.

Últimamente se ha diagnosticado un síndrome relacionado con este sector, hasta el punto de denominarse «enfermedad de la oficina». Se trata de la lipoatrofia semicircular, un trastorno de la grasa subcutánea que se manifiesta por la aparición de hundimientos laterales en los muslos o en los antebrazos, habitualmente en las mujeres, y que produce molestias, picor y en algunos casos dolor.

Incluso el propio diseño de las oficinas provoca con frecuencia daños a los trabajadores. Habitualmente se trata de espacios cerrados y mal ventilados, por lo que puede haber concentraciones más altas de contaminantes nocivos. Según la OMS, unos cuatro millones de muertes están causadas por la polución del aire en sitios cerrados. Además, los niveles cognitivos disminuyen en oficinas con peor calidad de aire empeorando el rendimiento laboral y generando irritación, dolor de garganta, dolor de cabeza, náuseas, mareos e infecciones respiratorias.

Las patologías de origen psíquico no están reconocidas como laborales. Según fuentes de los sindicatos CC OO y UGT, las bajas psicológicas representan el 25% del total de las incapacidades temporales. Aparte de que suelen ser más largas que las bajas físicas, deberían ser pagadas por las mutuas y no por el sistema de salud y la Seguridad Social. María José Berenguer, responsable del departamento de prevención de riesgos laborales de UGT Murcia, señala que «el uso generalizado del ordenador es habitual en todos los sectores de actividad», donde los trabajadores realizan un prolongado periodo de su jornada laboral con pantallas. Desde UGT consideran que los problemas de salud que provocan el uso inadecuado y prolongado de las pantallas «deben ser abordados desde el punto de vista preventivo», según la responsable.

Berenguer afirma que desde la Oficina Técnica de Prevención de Riesgos Laborales de UGT de Murcia vienen demandando que se realicen «evaluaciones de riesgos, vigilancia de la salud y formación específica a los trabajadores que trabajan con pantallas».

Patologías frecuentes

  • Dolor de cuello y espalda. Las malas posturas y la movilidad restringida provocan molestias y lesiones en hombros, cuello y espalda.
  • Síndrome del túnel carpiano. Daños en la muñeca causados por movimientos repetitivos con el teclado y el ratón del ordenador.
  • Lipoatrofia semicircular. Es un trastorno de la grasa subcutánea en muslos y antebrazos debido a las descargas de electricidad estática en las oficinas muy tecnificadas.
  • Pérdida de visión. La sobreexposición a las pantallas de los ordenadores provoca fatiga, dolor de cabeza y alteraciones visuales.
  • Enfermedades víricas. La falta de ventilación y la climatización artificial contaminan el aire y provocan trastornos respiratorios y enfermedades víricas.
  • Estrés y acoso laboral. La carga mental y el estrés provocan irritabilidad y trastornos del sueño. Además en el trabajo de oficina son frecuentes los casos de acoso sexual y laboral